La enseñanza de segundas
lenguas ha experimentado importantes cambios a través de la historia. Los
métodos tradicionales, provenientes de la enseñanza de las lenguas clásicas,
dominaron durante años la enseñanza de idiomas. El planteamiento de su
enseñanza se basaba en el aprendizaje y la aplicación de las reglas
gramaticales, la traducción de una lengua a otra y el aprendizaje de un
vocabulario aislado.
En el siglo XIX aumentaron las
oportunidades de comunicación entre europeos, lo que creó la demanda de
adquirir una destreza oral en lenguas extranjeras. Surgían nuevas ideas sobre
la enseñanza de segundas lenguas, de las cuales algunas no tuvieron éxito
entonces, como la del francés C. Marcel (1793-1896) que enfatizaba en la
importancia del significado en el aprendizaje de lenguas, —una hipótesis que
mucho más tarde llegó a ser generalmente aceptada—.
Otras ideas, no obstante, sí
desembocaron en aquel momento en métodos de enseñanza nuevos y con una
influencia importante. Dichos métodos mostraban un interés por la modernización
de la enseñanza de las lenguas extranjeras, poniendo especial énfasis en la
lengua hablada. Algunos aplicaban una metodología inductiva en la enseñanza de
gramática y apoyaban la enseñanza de nuevos significados sin recurrir a la
lengua materna, basándose en el supuesto naturalista de que el proceso de
aprendizaje de una segunda lengua es similar al proceso de adquisición de la
primera lengua.
Algunos métodos introducían el
texto escrito y la reflexión gramatical, y otros la práctica de la lengua en un
contexto situacional y la enseñanza de estructuras sencillas antes de las
estructuras complejas de la lengua. Algunos enfatizaban en la importancia de
aprender mediante instrucciones del profesor y acciones físicas de los
aprendientes. Otros, contrariamente, se basaban en la suposición de que el
profesor debe estar en silencio en lo posible y que debe estimular al
aprendiente a expresarse. Muchos de estos métodos ofrecían innovaciones
importantes en la enseñanza de segundas lenguas, de las cuales varias siguen
influyendo considerablemente en la enseñanza de hoy en día. Sin embargo, en la
práctica la mayoría no dedicaba atención a la adquisición de una competencia
comunicativa sino lingüística, y ponía énfasis en los procesos de enseñanza de
arriba-abajo, es decir que los planteamientos de instrucción determinaban lo
que el aprendiente tenía que aprender.
En la segunda mitad del siglo
XX aumenta el interés por la investigación del aprendizaje de idiomas, debido a
los resultados insatisfactorios obtenidos hasta entonces con la aplicación de
los métodos. A partir de aquel momento se estudian ampliamente los procesos que
desempeñan un papel en la adquisición de lenguas. Esta tendencia en la
enseñanza de lenguas extranjeras a desplazar sus planteamientos desde una
visión ´externa´ o ´de arriba-abajo´ hacia un enfoque que busque comprender los
procesos de adquisición internamente ´de abajo-arriba´ desemboca en una nueva
visión. Se considera que los factores que desempeñan un papel en la adquisición
deben dirigir la enseñanza y no al revés.
Surgen nuevos enfoques que
tienen como objetivo la adquisición de la competencia comunicativa. La
enseñanza comunicativa de la lengua es probablemente el enfoque de mayor
relevancia y el más considerado en la enseñanza actual de segundas lenguas. En
Europa su origen está asociado a la propuesta de Wilkins (1972) de una
definición funcional y comunicativa de lengua, que desemboca en la publicación
del denominado Notional Syllabuses (1976). El Consejo de Europa utiliza este
programa nociofuncional para establecer los objetivos del aprendizaje de una
lengua extranjera, que por primera vez en la historia de la metodología se fijan
en términos de la capacidad de comunicarse con hablantes nativos. Se publican
primero las especificaciones para el inglés como lengua extranjera en el nivel
básico, denominado Threshold Level(Van Ek y Alexander, 1980) y luego, entre
otras, para el español, en el llamado Nivel Umbral (Slagter, 1979). Estas publicaciones forman la
base para la expansión de la enseñanza comunicativa. Ahora el objetivo es la
competencia comunicativa y sus características más importantes, la atención
sistemática tanto a los aspectos funcionales como a los aspectos estructurales
de la lengua.
Otras tendencias importantes
que surgen a partir los años 80 del siglo XX son el uso de tareas con vacío de
información y la comunicación real en el aula, es decir imprevisible,
espontánea y no estructurada anteriormente, así como la reflexión de los
profesores sobre sus actuaciones y el comportamiento de los aprendientes. En
general se sensibiliza al profesorado más hacia las relaciones humanas, la
interacción y el clima social y afectivo en el aula. En muchas aulas se fomenta
la cooperación, en vez de la competitividad, ya que el aprendizaje de la lengua
no se concibe como una consecución individual, sino como un logro colectivo,
fruto de la colaboración entre aprendientes. No obstante, a su vez se asumen
las necesidades específicas e individuales del aprendiente y se considera
importante fomentar su responsabilidad y autonomía en el aprendizaje. Asimismo,
se enfatiza hoy en día en las estrategias de aprendizaje, que permiten al
aprendiente aplicar de manera más efectiva sus recursos a cada situación de
aprendizaje y mejorar la forma en que aprende.
0 comentarios:
Publicar un comentario